Etapa muy larga y dificultosa 29 km con muuucho barro para variar. Entre los peregrinos que ya llevamos muchas etapas coincidiendo, ya se ha hecho popular un dicho, " por la mañana no falta el chaparrón para que tengamos el barro bien fresco, no se vaya a secar ".
A las dos horas de iniciar la etapa, me encuentro en Torres del Río donde han pernoctado Carlos y Francesc. Es una población pequeña ( 180 habitantes ) pero que posee una iglesia muy peculiar, la iglesia del Santo Sepulcro. Es una iglesia de planta octogonal del románico navarrés construída por artesanos mozárabes y cuyo diseño posiblemente procedía de Córdoba como demuestran las celosías de su interior de clara inspiración islámica. Se atribuye su encargo y uso a los templarios por su planta octogonal, aunque esto no está demostrado. Su torre se cree que servía de faro a los peregrinos para orientarles por la noche.
En su interior hay un Cristo en Majestad propio del románico ( coronado, con los brazos horizontales, sin expresar sufrimiento ) aunque su realismo y humanidad ya lo sitúan en el siglo XIII en los inicios del gótico primitivo.
Cristo románico en Majestad de la iglesia del Santo Sepulcro de Torres del Río.
Detalle en que se aprecian las celosías de origen mozárabe.
Entre Torres del Rio y Viana, he cruzado una zona de barrancos con piedras y mucho barro para variar lo que ha hecho la marcha muy dificultosa.
En Viana he llamado al albergue "Puerta de Revellín" donde tenía la reserva para avisar de que llegaría más tarde de lo previsto y así tranquilizar a Carlos y Francesc que ya estarían allí, ellos salieron por la mañana de Torres del Río.
Poco después de Viana he coincidido de nuevo con Antonia ( la mallorquina ) con la que hemos hecho el camino hasta Logroño.
Al llegar a Logroño, al inicio del puente sobre el Ebro que da entrada a la ciudad, se encuentra la oficina de información al peregrino. ¡Bien!, pensamos. Así podré informarme de como llegar al albergue y Antonia de cómo llegar al hotel que su familia le reservó para su estancia en Logroño. ¡ Pues no! ¡A las cinco de la tarde la oficina ESTABA CERRADA !.
Antonia sabía que su hotel estaba en el Camino, yo supuse que el albergue también lo estaría. Nos introdujimos en Logroño. Preguntando por el albergue varias veces, siempre nos indicaban que ¡ más adelante !. Ciertamente más adelante en el camino estaban todos los albergues, pero no el que yo buscaba. Al final encontramos una oficina de información de turismo, allí nos dijeron que la oficina de información al peregrino cerraba a las cuatro de la tarde, que el hotel de Antonia estaba cerca, y que el albergue que yo buscaba estaba justo en el otro extremo de Logroño. Resultado, me pateé Logroño de un extremo a otro porque la oficina de información al peregrino tiene un horario ilógico. ¿ Acaso los peregrinos llegan a Logroño a las diez de la mañana ? ¿ No llegan peregrinos después de las cuatro de la tarde ?.
Cuando he llegado al albergue me he encontrado a Carlos y Francesc preocupados por mi tardanza, al parecer la hospitalera no les ha comunicado que yo había llamado. Tampoco me podían llamar porque yo no tenía apenas batería en el móvil y lo he desconectado reservando la batería para una posible emergencia.
Nos ha quedado poco tiempo para cenar unos vinos con sus tapas en las calles Laurel, Los Arcos y alrededores. No hace falta comentar la calidad de los vinos, por algo estamos en el corazón de La Rioja.