Todo terreno completamente llano y por fin sin lluvia, sin viento, con sol y tan solo un poco de frío hasta media mañana.
El camino no ha ofrecido nada relevante, extensos campos de cereales y la constante cercanía de la autovía "Camino de Santiago". Parece que la Junta de Castilla-León está muy orgullosa de esta infraestructura que sigue el trazado del Camino y lo llena de ruidos y "civilización". Digo que está muy orgullosa porque el trazado está lleno de grandes carteles "Autovía del Camino de Santiago. Burgos-León".
Cartel de la autovía sobrepuesta al Camino.
El Burgo Ranero se denomina así porque era una zona que por ser tan plana estaba llena de charcas habitadas por millares de ranas. Todavía hoy quedan muchas de ellas, de hecho delante del albergue donde pasaré la noche hay una de ellas en mitad del pueblo. El albergue se llama "La Laguna" haciendo alusión a dicha charca.
Laguna delante del albergue.
Por cierto, por la tarde disfruté de una agradable melodía protagonizada por el canto de las ranas de la charca y el castañeo de los picos de las cigüeñas que habitan la torre de la iglesia próxima. Parecía que se hubieran puesto de acuerdo en amenizar la tarde.
Torre de la iglesia con sus cigüeñas.