Etapa de 27 Km. Trayecto llano, fácil sin lluvia pero con muchísimo frio.
Antes de salir de Carrión de los Condes, hemos desayunado y nos hemos provisto de un buen bocadillo ya que en esta etapa hay un trayecto de mas de 15 Km sin pueblos, sin fuentes, sin árboles ... solo grandes extensiones de cultivo de cereales. Al partir la temperatura en el pueblo era de -1,5 ºC.
Al salir del pueblo nos encontramos el puente sobre el río Carrión.
El primer puente fue construido en el siglo XI pero en el siglo XVI fue remodelado y ampliado. Restaurado posteriormente en el XVIII.
Puente mayor sobre el río Carrión.
A poco de pasar el puente nos encontramos con el monasterio de San Zoilo ( siglos XI-XVI ). Como era muy temprano, y además hacía mucho frío, nos hemos limitado a contemplarlo desde el camino. Más tarde he sabido que se trata de una joya arquitectónica que es imperdonable haberse perdido. El monasterio fue construido en el siglo XI por los condes de Carrión, posteriormente fue objeto de varias ampliaciones como la construcción del claustro en el siglo XVI. El claustro de estilo plateresco dispone de mas de 250 figuras esculpidas. Actualmente parte del monasterio está dedicado a la hostelería, pero una galería de exposiciones, el claustro, iglesia con las sepulturas de los condes de Carrión y sacristía se pueden visitar como museo.
Una de las fachadas del monasterio de San Zoilo.
A unos 7 km de Carrión, encontramos una piedra a modo de mojón indicando que vamos a recorrer un tramo de la Vía Aquitana en su trazado original. La inscripción dice así :
VIA AQUITANA:
BURDEOS - ASTORGA
TRAMO (12 Km) DEL
CAMINO DE SANTIAGO
CON SU TRAZADO ORIGINAL
y a continuación 12 Km más de camino totalmente recto, cruzando trigales y sin ninguna señal de vida ... ¡ solo peregrinos !
Aproximadamente a mitad de este trayecto hemos encontrado un "chiringuito" junto al camino. Se trata de un habitáculo, tipo contenedor, en el que un hospitalero del albergue "Los Templarios" suministra café con leche caliente, refrescos y bocadillos de salchichas que prepara en una barbacoa. Es como un oasis en medio de "la nada". Hemos tomado café caliente que apetecía mucho ya que hacía mucho frío y hemos aprovechado la parada para comernos el bocadillo del que nos habíamos provisto en Carrión.
Después hemos estado hablando largo rato con el hospitalero y ha resultado ser catalán de Barcelona. Como hacía un poco de viento y yo estaba cogiendo frío, me he adelantado dejando a Carlos y Francesc que siguieran hablando con el hospitalero, seguro de que pronto me alcanzarían.
Al poco rato, debido a la prolongada parada, he empezado a notar mucho frío, y seguidamente he notado un fuerte dolor en el pecho que me ha hecho temer que pudiera ocurrirme algo y tan lejos de un sitio habitado .... Así he seguido durante un buen rato y he estado muy preocupado. Hasta que me he dado cuenta que el dolor no era interno, resulta que debido a la parada y que el viento muy frío soplaba de frente, se me había enfriado el sudor de forma que el dolor que sentía era provocado por el contacto de la ropa fría en el pecho, vamos, que era como si tuviera un trozo de hielo colocado en el pecho a modo de apósito. Me he puesto pañuelos de papel y un pasamontañas en contacto con la piel y se ha solucionado el problema. ¡ Vaya susto !.
Al poco rato me han alcanzado y adelantado Francesc y Carlos. Sin más contratiempos que el intenso frío, y después de pasar por Calzadilla de la Cueza y Ledigos, he llegado a Terradillos de los Templarios. Poco antes de llegar al pueblo se encuentra el albergue "Los Templarios" en el que la esposa de Carlos nos ha reservado plaza.
Albergue Los Templarios.
En el albergue nos han asignado una habitación con cuatro literas de las que hemos ocupado tres y la otra ha quedado libre. La habitación tiene su propio cuarto de aseo con ducha. ¡ Como una habitación de hotel ! El edificio es de nueva construcción y su diseño está perfectamente orientado a su uso como albergue. En la parte central hay una gran sala con chimenea de leña, barra de bar y numerosas mesas que puede ser utilizado como comedor, sala de reuniones, bar ... en un extremo hay dos ordenadores con servicio de internet. En un lateral y parte trasera del edificio están las habitaciones. El otro lateral está ocupado por la cocina y servicios del albergue. Muy confortable, limpio, agradable .... totalmente recomendable, y eso sin contar con el patio y terraza con piscina que con otra climatología tienen que ser una pasada.
Como el tiempo ha estado muy desapacible ( viento y mucho frío ), no hemos salido del albergue y nos hemos dedicado a descansar y a aprovechar la espléndida habitación. Por la tarde-noche a encargar el lavado de la ropa, a tomar unos vinos, un tentempié y a conversar con los compañeros peregrinos y con el hospitalero del chiringuito que ahora estaba en el albergue .