lunes, 7 de junio de 2010
Etapa 36 : Segundo día en Santiago
El objetivo de hoy era asistir a la misa del peregrino de las 12 a la que ayer no llegamos a tiempo.
Por la mañana a primera hora ( a las 8 ) he salido a dar una vuelta después de desayunar en el hostal. La costumbre de madrugar para hacer camino hace que a las 6 de la mañana ya no pueda estar en la cama.
Lo que he visto es otra ciudad de Santiago completamente distinta a la de ayer. Había desaparecido el mercado y la gente. Toda la animación del día anterior se ha cambiado por la gente del lugar que acuden a sus trabajos o a sus respectivas facultades. Las calles perfectamente limpias y los peregrinos del día no empiezan a llegar masivamente hasta las 10.
Al poco rato me he encontrado con José el Sevillano que emprendía el camino a Finisterre. No son extraños estos encuentros tan frecuentes, parecen casualidad pero no es así. Para los peregrinos la ciudad de Santiago queda reducida a la Catedral y sus alrededores, además es por donde pasa el camino hasta la plaza del Obradoiro donde se encuentra el Km 0. Así pues, si hay algún peregrino conocido paseando, seguro que tropiezas con él. José quiere hacer el trayecto en dos etapas. Se le ve fuerte y capaz de hacer 40 Km o más en un día.
He estado paseando por la plaza del Obradoiro disfrutando de la vista de la Catedral y de los gritos de júbilo que proferían los peregrinos más jóvenes que iban llegando a la plaza. El ambiente se iba conformando.
Al poco rato me he encontrado con Estrella y Encarna ( otro de los encuentros aparentemente fortuitos ) que iban a hacer cola para entrar por la puerta del Perdón. Quedamos en que nos veremos a la salida de la misa del peregrino de las 12.
He asistido solo a misa. Durante la ceremonia he experimentado un cúmulo de emociones similares a la del día anterior. Y es que estas piedras, las personas congregadas, la homilía del obispo... suman una especial energía que puede percibir todo aquel que ha hecho el Camino. Esta complicidad de la que ya he hablado anteriormente, esta sensibilidad hacia los demás que se ha desarrollado tras días de marcha, te hacen estremecer y cuando deseas la paz a los que te rodean y estrechas su mano, notas esta energía que fluye como una corriente. He visto a gente llorar. Solamente una decepción. Tampoco han puesto el "botafumeiro".
A la salida de misa, he ido a la estación de RENFE con Estrella y Encarna para ver que combinaciones había para regresar a casa. Ellas lo tienen muy bien pues de Santiago sale el tren hacia Madrid pero para Barcelona es otra línea mas al norte y hay que cogerlo en La Coruña. total 16 horas y el precio casi como un vuelo. Cuando llegue el momento ya decidiré que hacer.
A continuación hemos dado una vuelta por la calle de las marisquerías y nos quedamos a comer un menú "normalito".
Al salir llovía con mediana intensidad. Nos hemos despedido definitivamente ya que a la mañana siguiente ya se irán.
Me he mojado un poco regresando al hostal. Me he secado y me he puesto chaqueta impermeable y el forro ya que ha refrescado bastante. He salido para comprar algún detalle. y ¡ Sorpresa ! Subiendo una de tantas escaleras de los alrededores de la Catedral, he tropezado de frente con una señora de New York con la que habíamos coincidido días atrás, en un par de ocasiones. Quizá no habíamos hablado mas de dos horas. Pero ha sido instintivo por ambas partes, nos hemos dado un beso y un abrazo y se nos han humedecido a ambos los ojos. Otra vez este sentimiento y esta complicidad que une a los peregrinos. Esta señora,( no recuerdo como se llama ) tiene una sensibilidad exquisita, con voz cargada de dulzura me ha comentado lo mismo que yo había experimentado, el día anterior le asaltaron una avalancha de sentimientos al encontrarse con varios peregrinos que habían llegado a Santiago con muchas dificultades, llagas, lesiones, cansancio ...y me comenta su felicidad al ver que lo habían conseguido.
Esta mujer es excepcional, se crió en Suiza y habla francés alemán e italiano. Vive en Estados Unidos por lo que su lengua habitual es el inglés. Por vivir allí ( por haber muchos hispanos) también domina muy bien el castellano, y como su hijo trabaja y vive en Japón y se ha juntado con una japonesa, está estudiando el japonés para poder hablar con sus posibles nietos. Todo un ejemplo. Hace el camino sola y me comentó que quería llegar a Finisterre.
Ya es tarde , como algo y me voy a dormir.
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