miércoles, 19 de mayo de 2010

Etapa 19b : Segundo día en León


Día de descanso en León.
Por la mañana he salido del albergue sin prisas y sin desayunar he salido a buscar alojamiento. He buscado en el plano que había conseguido ayer,  uno que no fuera muy caro y que estuviera en el barrio antiguo cerca de la catedral. Buscando una pensión he pasado por delante del hostal Boccalino de dos estrellas, he preguntado y el precio es muy razonable. El edificio es bastante nuevo y está situado en la plaza de San Isidoro frente a la basílica del mismo nombre. No lo he dudado y he acertado, la habitación muy bien y el aseo con ducha de hidromasaje ¡ todo un lujo para un peregrino !
Una vez instalado y desayunado,  he ido a visitar la Real Basílica de San Isidoro, una joya del románico.
He visitado su interior ( la pena es que no he visitado el Panteón Real que posteriormente me he enterado que está considerado como la Capilla Sixtina del románico por sus pinturas murales ). Originalmente románica, ha sido reformada y ampliada por lo que tiene elementos góticos, renacentistas y barrocos. Conserva el Panteón y varias puertas de la construcción original de estilo románico de los siglos X y XI.

Real Basílica de San Isidoro.


A continuación he ido a visitar la Catedral, el claustro y su museo. A la entrada me he encontrado con una peregrina de origen francés que vive en la Costa Brava y que hace el Camino con su hermana. Hemos coincidido con ellas repetidas veces por el camino y albergues desde el inicio en Roncesvalles. Me comenta que ella también ha dedicado un día a León pero que interrumpe el Camino por problemas físicos y mañana regresará a su casa... Su hermana ha continuado el Camino.  

Fachada sur de la catedral.


Detalle interior de las grandes cristaleras.


La visita al  museo me ha satisfecho enormemente, me explico:
La visita ha sido guiada y me ha desagradado en principio que nos abrieran las salas una a una y nos limitaran el tiempo de observación. Sin embargo conforme avanzaba la visita, me han ido gustando las explicaciones de la guía por su alto contenido didáctico. He aprendido a distinguir por sus  características las imágenes y pinturas románicas de las góticas, y renacentistas, ha sido una lección magistral de la evolución del arte de los siglos X al XVII.

Detalle del techo del claustro.


Vista desde el claustro.

  

Al salir de la visita al museo, saturado de ver arte y arquitectura, he dado una vuelta por el barrio antiguo y como ya era la hora de comer, he entrado en un mesón y he pedido una ración de rabo de toro. Alucinante lo que aquí consideran una ración, cuatro rodajas grandes de rabo con un montón de setas y verduras, me ha costado terminármelo. Para beber, al ir solo, he pedido un par de copas de vino de la casa. Estaba todo muy bueno.
Después de hacer una pequeña siesta en el hostal, me he ido a deambular por el barrio húmedo, ya no me apetecía ver más monumentos, solo he pasado por delante de la Casa de los Botines que unos comerciantes de tejidos de León, ( apellidados Botinás ) encargaron a Gaudí por recomendación de Eusebi Güell empresario catalán con el que tenían mucha relación. El edificio estaba destinado al negocio textil en sus plantas bajas y a viviendas en los superiores. Como Gaudí estaba haciendo el Palacio Episcopal de Astorga, aceptó el encargo y construyó el edificio de estilo modernista pero con cierto aire de castillo  medieval con torrecillas en las cuatro esquinas. Actualmente es propiedad de una entidad financiera que lo utiliza como su sede social  y salas de exposiciones. No le he hecho fotos porque delante del edificio estaban montando los stands de una feria que hacían daño a la vista.  
Después de tomar un par de cervezas con sus correspondientes tapas me he retirado a dormir.