domingo, 23 de mayo de 2010

Etapa 23 : Rabanal del Camino - Molinaseca


Etapa de 25 Km. Subida al puerto de Foncebadón ( Monte Irago ) y un largo descenso por torrenteras de piedra suelta hasta llegar a Molinaseca, no sin antes pasar por la Cruz de Ferro y cruzar Manjarín, El Acebo y Riego de Ambrós.
Esta es una de las etapas mas emblemáticas del Camino Francés. Foncebadón es una población que nació para dar servicio a los peregrinos, por ello sus habitantes  estuvieron exentos de impuestos y disfrutaron de una época de esplendor. En los últimos tiempos estuvo al borde del abandono pero actualmente se han vuelto a poner en funcionamiento tres albergues, un centro de turismo rural, un restaurante y se ven varias construcciones rehabilitadas.
El camino de subida a Foncebadón discurre por zona de monte bajo. En esta época del año ofrece un aspecto precioso, todos los arbustos floridos y  multitud de matas  de todas las especies inundan el camino de tal cúmulo de aromas que hacen olvidar la dureza del trayecto y lo convierten en una gozada.

Camino de Foncebadón. Florido e inundado de aromas.



 Iglesia de Foncebadón.


Después de Foncebadón y aún en su término municipal se encuentra la Cruz de Ferro. Una pequeña cruz en lo alto de un poste de madera sobre una montaña de piedras que los peregrinos han ido depositando a lo largo de los siglos. Para seguir la tradición también he depositado mi piedra. Todo un símbolo del Camino.

 La Cruz de Ferro.


Vista desde lo más alto del puerto.


A una hora de camino de la Cruz de Ferro, he llegado a  la población de Manjarín. Todas sus casas están abandonadas y en ruinas, únicamente hay un albergue, el albergue templario de Tomás, lugar muy espartano que no dispone de calefacción ni duchas ni por supuesto de agua caliente, por servicios hay una letrina en frente del albergue al otro lado del camino y hasta no hace mucho tampoco disponía de electricidad.

Albergue templario de Tomás en Manjarín.


Casi dos horas y media mas tarde he llegado a El Acebo no sin antes haber pasado un apuro por falta de agua. Ha hecho un día muy caluroso y he cubierto este trayecto en las horas centrales del día de 12 a 14:30. He pasado mucha sed a pesar de pasar por varios abrevaderos para el ganado en los que manaba un buen chorro de agua fresca, pero todos estaban rotulados anunciando que el agua no estaba controlada y no era potable. 
He llegado a uno que estaba en la parte más alta de un cerro, por encima había un bosquecillo de pinos de repoblación y los prados estaban abajo en la ladera. Varios regueros de agua cruzaban el camino antes y después del manantial, indicios de la abundancia de agua en la zona, me he preguntado cómo podía contaminarse un manantial en tal situación y sin pensarlo he saciado mi sed y he llenado las dos botellas de medio litro para continuar el camino. El atrevimiento no me ha ocasionado ningún problema. 
El Acebo es una población de alta montaña muy cuidada. En la foto se puede observar la disposición de las casas a ambos lados del camino. Aquí me he detenido a descansar unos minutos tomándome una cerveza en el único colmado del pueblo.

 El Acebo.



 Calle Real de El Acebo.


A las 15:40 entraba en Riego de Ambrós, pequeña población que ya en el siglo XII disponía de hospital para atender a los peregrinos. Sus casas, típicas del Bierzo,   disponen de balcones de madera accesibles desde la calle mediante escaleras.

 Entrada a Riego de Ambrós.


Parecía inminente la llegada a Molinaseca ya que según las guías solo faltaban 2 km pero ...  o las guías no son correctas, o por la dureza del descenso o bien por el cansancio acumulado, la cuestión es que se me ha hecho interminable. Este trayecto discurre por torrenteras de piedra suelta rodeadas de monte bajo sin ninguna sombra, y a las 16:00 me he visto tan apurado que he temido que me diera un golpe de calor. Me he separado del camino descendiendo al fondo de la montaña por donde discurre un riachuelo y hay algunos árboles. Me he tumbado unos minutos gozando del frescor del lugar. Recuperada la senda he llegado a Molinaseca.  
Molinaseca es una población que ha preservado y mimado su trazado medieval : El puente románico y su Calle Real con sus casas con balconadas de madera, algunas de ellas blasonadas. 
Me he alojado en el albergue municipal, a la salida del pueblo. Está instalado en una antigua capilla dedicada a San Roque. Muy original pero los servicios y duchas bastante descuidados.
Una vez aseado, me he ido bajo el puente románico, donde tienen acondicionado el río para remojarse un poco, y me he metido varias veces en el agua helada hasta debajo de las rodillas. Me ha ido fabuloso para el dolor de la pierna.
Allí mismo en un restaurante junto al puente he cenado un menú muy decente a un  precio razonable.  

Puente románico de Molinaseca.